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El Último Pensamiento Mágico

Phnom Penh, Camboya

La fotografía titulada ‘El Último Pensamiento Mágico’ aborda la irracionalidad del pensamiento mágico y, a la vez resalta, cómo la presencia de esta forma de pensamiento es vital para la supervivencia del ser humano.

El pensamiento mágico es una forma de pensamiento que involucra la creencia en la existencia de relaciones causales o conexiones significativas entre eventos o acciones que, desde una perspectiva objetiva y científica, no tienen base lógica o evidencia empírica que las respalde.

El pensamiento mágico genera la creencia de que los propios pensamientos, palabras o actos pueden influir o condicionar el desarrollo de los hechos y desafiar las leyes de causa y efecto comúnmente aceptadas.

Por un lado, este enfoque de pensamiento, que por definición se opone al pensamiento racional, proporciona respuestas que ofrecen consuelo frente al miedo, la incertidumbre o los deseos, de una manera que la perspectiva lógica y científica no puede igualar.

Por otro lado, el pensamiento mágico está presente en la gran mayoría de culturas del mundo y cumple un papel fundamental para afianzar la supervivencia del ser humano. A través de analogías, ha contribuido a combatir la incertidumbre al crear patrones y significados en situaciones aleatorias. También ha facilitado la creación de la clasificación tanto del microcosmos como del macrocosmos, lo que ha permitido una mejor comprensión de su funcionamiento.

En nuestra sociedad no creemos en espíritus, ni en almas pobladoras; ni hacemos rituales para las cosechas; ni sacrificamos animales para sanar a la gente. Pero sí recurrimos de una manera u otra, a la buena y mala suerte para explicar los sucesos cuya explicación se escapa a nuestro entendimiento. Creemos que haciendo las cosas de cierta manera podemos escapar a los sucesos aleatorios. Creamos causalidades donde nos interesa. Establecemos alianzas para explicar que las cosas suceden por algo, y creemos que nuestros deseos y pensamientos son capaces de modelar el futuro.

Al igual que el animista, necesitamos ejercer cierto control ante la incertidumbre y pensar que las cosas van a ir bien, para dominar nuestros miedos, y creer que existe una posibilidad para nuestros deseos.

A la pregunta ¿por qué esta visión del mundo se mantiene  intacta? Bruce Hood, en su libro Supersentido: Por qué creemos en lo increíble, nos cuenta que, de forma innata, la mente humana busca patrones donde no los hay, significados donde solo hay silencio y causalidades donde lo que rige es la casualidad. El cerebro humano detesta las incertidumbres y el azar, y ante cuestiones incontestables, recurre al pensamiento mágico.